La Integración Funcional® (IF), práctica englobada dentro del Método Feldenkrais®, es una sesión individual donde se trabajan de forma personalizada las necesidades del alumno.

 

La clase se desarrolla en gran parte en una camilla, donde el profesor mueve y guía con un toque suave al alumno. Se trata siempre de un toque no invasivo en el cual se busca despertar e integrar opciones y recursos de movimiento que mejoran la organización funcional de la persona, es decir la manera en que se mueve y actúa.

 

La Integración Funcional es esencialmente no verbal. El contacto que se usa sirve como puente para un diálogo, donde se escucha y habla al sistema nervioso del alumno, respetando en todo momento la respuesta que se recibe. Ofreciendo así, un espacio donde la persona puede atender a las sensaciones que aparecen en su cuerpo a medida que se produce un cambio en su organización. 

 

A lo largo de las sesiones se utilizan diferentes posiciones con el fin de facilitar al alumno el aprendizaje que en ese momento necesita, pudiendo así trabajar boca arriba, de lado, boca bajo, de rodillas, de pie, sentado, sobre rollos...Durante la clase, el tono muscular se vuelve más uniforme, reduciendo tensiones excesivas e innecesarias, y el sistema nervioso puede así entrar en un estado de calma. En este estado, los recursos que se despiertan durante la sesión se integran en la persona como nuevas posibilidades de acción.